En nuestro recorrido por las playas de Cádiz, nos dirigimos al área que se conoce popularmente como “Los Pueblo Blancos”.
Alejándonos un poco más hacia el sur de Cádiz, llegamos al paraíso de los atunes principal alimento de los pescadores y plato que no llega a faltar en las mesas para el almuerzo familiar. Aquí nos encontramos con un pueblo que aun siendo un destino turístico no se encuentra atestado de gente, durante el verano. Lo que llama la atención de este pueblo es lo estrechas que resultan sus calles, para quienes hemos viajado por el occidente de España en lugares como Toledo y hacia Italia en Florencia, nos damos cuenta que lo estrecho de estas calles no se compara en nada. Muchas de sus calles parecen corredores de las casas costeras, más que si no nos damos cuenta en algún descuido podríamos resultar en la sala de alguna familia que mantienen sus puertas abiertas para refrescarse ante el calor.
La playa de Conil es hermosa y pacifica, nos da el gusto de podernos recostar en la arena e incluso cerrar los ojos para descansar una rato sobre la arena con su oleaje corriendo a nuestras espaldas sin temer ser arrastrados por alguna ola, ya que su oleada fina y transparente se extiende a grandes metros de la playa.
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