Un ancestral e imponente museo al aire libre
Contiguo a Benicarló, nos encontramos con una antigua ciudad formado por una gran cantidad de rocas y casas alrededor del Castillo del Papa Luna apiñado en el núcleo de la ciudad, rodeado en sus 3 lados por el mar.
El castillo represente un gran logro y máximo exponente de las costas del Azahar, su peculiar e imponente silueta se manifiesta desde ya a distancia. El famoso castillo que vemos en las postales de viajes, en las tiendesitas de recuerdos a lo largo de toda España, sin duda una de las que más sorprende a todo turista.
Para llegar al castillo, se ha de pasar por el portal Fosc, por San Pedro o ya sea también por el de Les Escaseres, enormes e impresionantes puertas que dan acceso a la ciudad, dando paso al resto de lo que nos transporta a las memorias de una ciudad medieval, con empedradas calles, pequeñas plazas y bares al pie de la costa, bordeado por muros árabes desde el siglo XIII erigidas por los caballeros templarios, cuya símbolo, la cruz templaria aun puede verse en la puerta. Que se levantan a lo largo de la mar para circular la ciudad y el castillo.
El castillo es el corazón de Peñiscola, y no deja de impresionar tanto de fuera como por dentro, donde un día fue la residencia del cardenal de Aragón, Pedro de Luna, quien tiempo después fue elegido como papa Benedictino XIII, conocido popularmente como el Papa Luna.
Impresionantes vistas de la bahía en donde la brisa marina y el viento del mar mediterráneo acariciaran nuestros rostros dejándose correr por nuestros cabellos…
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