Nuestro viaje comienza con la ilusión de conocer y vivir la Antigua España. Por ello nos orientamos en el corazón de occidente en donde tomaron acción muchos desenlaces históricos que dieron paso a la actual. El Occidente de España, es toda una región encantadora y llena de ciudades y pequeños pueblos históricos, donde sus angostas calles se mezclan con gente de amable sonrisa, que acoge siempre al visitante.
Nuestro afán nos lleva a recorrer «Toledo», Tierra que reunió tres culturas bajo un mismo techo, musulmananes, cristianos y judíos conviviendo juntos durante el paso de varios siglos. Toledo enorme fortalece medieval que hoy en día aun se erige majestuosa, podría ser hoy por hoy capital del reino Español de no haber sido por Felipe II quien en 1561 eligió Madrid como capital. hoy en día una ciudad que me gusta llamar: «La Ciudad Castillo», la cual nos fascinara y ganara nuestro corazón sin duda desde el momento en que lleguemos sin importar la fecha del año, temporada u hora del día.
Un hecho interesante que cabe mencionar es su geografía, pues el casco histórico se encuentra edificado en un cerro, que es recorrido a lo largo de la ciudad por el río Tajo, el cual nos recuerda aquellos castillos que veíamos de niños en la televison, con grandes edificaciones y la enorme puerta descendiendo sobre el cause del rio del castillo. Aquí la «Enorme Puerta», ya no baja o sube. Se encuentra un enorme puente, el puente de la Cava que nos da la bienvenida al cruzar sus grandes arcos, entramos por la puerta del Cambron, que quiere decir: El Renacentista. Avanzando por sus calles que forman todo un desafió para la memoria del visitante por sus singulares trazos, que de pronto nos parecen un laberinto imposible de memorizar. Mas aun, si el extraviarse no forma parte de la aventura, no esta de mas siempre la ayuda de alguno de sus pobladores que gustosamente nos muestran el recorrido ofreciéndonos además una pequeña platica de su hermosa ciudad.
En todo el trayecto de nuestra caminata, nuestra vista no descansa para apreciar, sus edificaciones medievales que nos transportan en nuestra mente a recuerdos de cuentos de dragones y caballeros. Entre todo lo que vemos, disfrutamos de las casas de los residentes, las cuales se han mantenido con el paso del tiempo, y sin difuminar el paisaje vemos que no existe ningún edificación vertical como edificios o pisos, el centro de la ciudad que posee la catedral, lugar donde la población se da lugar para conversar y disfrutar de largas platicas, la iglesia de San Juan de los Reyes una enorme y dedicada obra de arte, el monasterio de San Juan de los Reyes, edificado por los reyes católicos como agradecimiento sobre la victoria sobre los portugueses. Algunas calles con pequeños barrios judíos, quienes conservan 2 grandes templos. El barrio judio mas conocido y popular es La Judería, donde se distinguen sus calles marcando una pequeña diferencia por sus tiendas artesanales en las que exponen sin fin de artilugios de metal con piedras incrustados, trabajos en oro Toledano y plata, sus casas decoradas con pronunciados cantos. Y para contener las esencia de esta agraciada ciudad, tenemos las murallas que rodean la ciudad que datan desde la época de los visigodos en el siglo VII.
Al avanzar nos encontramos que al rededor de todas estas calles, se encuentra un sin fin de pequeñas tiendas locales y restaurantes, para satisfacer todo tipo de gustos. La comida Toledana se enfoca en La Caza, en donde la perdiz roja forma parte del muchos menús populares nuestra parada, es un restaurante italiano llamado «Pastucci», propio de la región, el cual encontramos por pura coincidencia perdiéndonos entre su singular trazo. Desde ya antes de entrar, nos llega el inconfundible y. único aroma de la pizza y la pasta…. es por mas decir que el olor no defrauda a la exquisitez de la comida. Un restaurante que de seguro nos hará volver en cada visita.
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