El Castillo de San Jorge es uno de los monumentos más emblemáticos de Lisboa. Su imagen sobresale en la cima de la colina de San Jorge, la más alta de Lisboa y donde se encuentran los barrios Castelo y La Alfama.

Siempre fue el centro de poder de los que gobernaban la ciudad. Fue construido en el siglo V por los visigodos, agrandado por los árabes en el siglo IX y modificado durante el reinado de Alfonso Enríquez. Es en el siglo XIII hasta el XVI cuando el castillo alcanza su mayor esplendor por hacer de Palacio Real por los reyes de Portugal. Al mudarse, el Castillo cayó en desgracia hasta 1940, cuando fue refaccionado.

El Castillo tiene una forma cuadrada y originalmente estaba amurallado circularmente para albergar una ciudadela. Se accede a través del Arco de San Jorge. En el lugar destacan el castillo en sí—con sus once torres—, los restos de la Capilla Real, el Patio de Armas, las antiguas prisiones, la Praça Nova y la Puerta de Moniz. Desde lo alto de las torres, los jardines y terrazas se pueden admirar magníficas vistas de la ciudad.

En cuanto a atracciones en los interiores, en las salas del Ojival, de las Columnas y de la Cisterna en las ruinas del antiguo Palacio Real, se desarrolla Olisipona, un espectáculo multimedia que relata la historia de Lisboa desde los primeros tiempos hasta el siglo XX. En la Torre de Ulises, está instalado el Periscopio inventado por Da Vinci en el siglo XVI y único en Portugal, que permite observar la ciudad en 360º.

El precio de entrada para adultos es de 5 euros; y para estudiantes, 2,50 euros. Menores de 10 años y mayores de 65 entran de forma gratuita. El castillo abre todos los días de marzo a octubre de 09:00 a 21:00. De noviembre a mayo abre hasta las 18:00.

Para llegar se puede tomar la línea 28 del tranvía hacia la parada Miradouro Santa Luzia. También se puede tomar el autobús número 28 hasta Castelo.

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