El monumento al Holocausto tomó 6 años para terminar su construcción y ser presentada al mundo en 2005. La ceremonia inaugural la dirigió el presidente del Parlamento, Wolfgang Thierse, junto con dirigentes judíos. El monumento se encuentra cerca de la Puerta de Brandemburgo, en el centro de la ciudad.
El arquitecto Peter Eisenman diseñó este monumento, de apariencia sencilla, sin placa ni inscripción alguna. El monumento de 19.000 metros cuadrados, está compuesto por 2.711 columnas ondeadas de hormigón que le dan apariencia irregular a la estructura. Se quiso de esta manera representar la desorientación de las víctimas del Holocausto.
Eiseman debió ceder un poco del terreno a la construcción del ‘Centro de Información’, que son salas subterráneas bajo el monumento, donde se narran algunas historias de víctimas del Holocausto.
No sólo basta con contemplar el monumento, sino debes hacer un recorrido por sus estrechos callejones y sobre su superficie. La completa experiencia consiste en experimentar con los caminos y tomar la dirección que se quiera. La sensación que te embargará es de completa desolación, cómo si te hubieras internado en un laberinto oscuro sin salida. Dicen que también recuerda a cementerios judíos, con sus lápidas irregulares arrojadas sobre la superficie.
Si deseas visitarlo, y te encuentras en la capital alemana, sólo toma un taxi y dile que te lleve al monumento, así lo conocen en Berlín. Puedes visitarlo las 24 horas.