El Metro de Roma es sencillo de utilizar. Con 38 kilómetros de extensión y dos líneas, la A y la B en funcionamiento, es de los menos extensos de Europa.
Estas líneas tienen un diagrama en forma de X, cruzándose en la estación Términi. Para los desplazamientos del turista son excepcionales ya que llegan a la mayoría de los puntos de interés y en un tiempo récord, si pensamos en el caótico tránsito de la ciudad. Pero en contra hay que ir con cuidado porque se producen muchos robos por causa de la masificación en horas punta.
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Actualmente están en construcción dos líneas más para ampliar la red, aunque las obras son muy lentas ya que el subsuelo romano es un yacimiento arqueológico riquísimo, y avanzar en esas condiciones obliga a replantear continuamente tanto el trazado como las salidas a superficie.
Los billetes de Metrebús (ATAC) son los mismos que para el bus. Hay que validarlos antes de entrar. Por la noche hay un servicio de buses que une las estaciones de metro.