La Alcaicería de Granada es el barrio morisco de la ciudad. Se encuentra en pleno centro, entre la Catedral, la Gran Vía y la calle Zacatín. Este laberinto comercial de estrechas callejas actualmente comercia con souvenirs para turistas. Pese a ello aún conserva su encanto y constituye una visita obligada de la ciudad. Aunque su origen es muy diferente, ya que fundado en el siglo XIV como el antiguo bazar de la seda.
El término árabe “alcaicería” se origina en el latín. Designaba a los mercados imperiales o pertenecientes al César, de la época en que el emperador Justiniano otorgó al pueblo árabe el comercio de la seda y otros tejidos de gran valor. El zoco original poseía una decena de puertas que se cerraban al anochecer. Tal era la importancia del comercio local que, cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada decidieron continuar con la actividad.
Lamentablemente un incendio en la fábrica de cerillas, a mediados del siglo XIX, lo destruyó por completo. Fue rápidamente reconstruido pero con dimensiones más reducidas. Así el nuevo zoco adquirió una imagen neoárabe, característica de las restauraciones de la época.
Hoy podemos conseguir en La Alcaicería variedad de productos de cualquier origen, pero tendremos la sensación de haber viajado hacia atrás en el tiempo a cada paso. Ya no posee las antiguas puertas y los comercios se mantienen abiertos hasta tarde, dándonos la oportunidad de hallar algún tesoro escondido aún.
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