Hasta las lluvias son románticas en París, claro que los sustos provienen cuando se vuelven fuertes y se convierten en tormentas, pero nada se puede hacer contra la naturaleza. Los inviernos son fríos y pueden llegar hasta cero grados, mientras que los veranos son bastante calurosos, la temperatura oscila entre 15 a 30 grados. Por eso es más recomendable visitar esta ciudad en época veraniega.
Las lluvias son constantes en Paris, se puede decir que todo el año así que así viaje en verano asegúrese de llevar un paraguas. Mientras que en invierno puede disfrutar de la nieve, aunque no es una situación muy común. Este cambio radical en sus temperaturas, se debe más que nada a la influencia del Océano Atlántico sobre la capital francesa.